lunes, 16 de julio de 2012

ESTILOS



















stencil historia

Stencil

Desde el principio del siglo XXI, un movimiento del esténcil graffiti a penetrado el mundo de arte moderno. La técnica de esténcil tiene una historia que fecha al paleolítico y fue usado como propaganda por italianos fascistas durante la guerra mundial II. Pero, solamente hace poco que en las calles de Buenos Aires, el esténcil ha adoptado esta función política y social mientras actúando como un medio de expresión estética.
El arte callejero de Buenos Aires es algo único a esta ciudad. En otras ciudades, el graffiti es una infracción grande y una consecuencia de hacerlo puede resultar en la cárcel. Lo que más llama la atención en Buenos Aires es la cantidad prolífica de graffiti esténcil por todos lados de la ciudad. Eso indica que su implementación es sin castigo severo. Esta libertad de expresión permite al graffiti esténcil afirmar su papel poderoso en el discurso público, específicamente con respeto al arte, la política y la sociedad.
Después de la crisis económica de 2001, el arte callejero se tranformó en una forma de protesta social y ahora provee a la gente de un espacio para discutir lo que está ocurriendo y cambiando en la ciudad y en todo el mundo. El arte de ciertos grupos, como BSAStencil, El Plan, y Mujeres Públicas ha abierto un foro público en el que uno puede expresar las opiniones, disentimientos, y reacciones al estado político y social de la ciudad, cambiada por la gran crisis económica y todavía afectada por su historia de la dictadura. La presencia de estas realidades y cambios ha influido y inspirado un fuerte role del esténcil. Ahora, el esténcil ha abierto la puerta a una conversación entre los artistas y el público. Las imágenes en las calles hacen que la gente piense en las situaciones corrientes e históricas que le afectan a nivel familiar, nacional e internacional. Estas imágenes, la mayoría de las cuales son reconocibles y son cargadas con gran poder: lo icónico, lo simbólico, lo cómico, lo oculto, lo irónico, y lo estético. El esténcil es una forma de arte interactivo en el cual el mensaje y diálogo son más importantes que el nombre del artista. De manera diferente que otras artistas del graffiti, los artistas callejeros de Buenos Aires están mostrando su obra por motivos que no tienen mucho que ver con reconocimiento popular. Lo que distingue el esténcil de otras formas de graffiti es el tema del anonimato. En muchos diseños, faltan las firmas que identifican el artista, que le dan la oportunidad de ser reconocido por el público. Sin el cargo de fama, lo que queda es el mensaje o simplemente el diseño placiente. Y en los casos en que hay una firma del grupo, por ejemplo con la de BSAStencil, el sello funciona como una llamada al público a prestar atención al mensaje y a veces, a ponerse en acción. A través de la cantidad y la habilidad técnica de sus diseños, este grupo ha alcanzado un nivel de reconocimiento que usa para extenderse más al público. Por ejemplo, con respeto a la llegada de George Bush a Mar del Plata el 4 y 5 de noviembre, el grupo abrió sus puertas al público para unificar sus ideas en una manifestación usando el arte gráfico como una herramienta de protesta:
Convocamos a participar en la realización de afiches bajo el lema "MALVENIDO BUSH", en repudio a la presencia del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, George W. Bush...El llamado está dirigido a diseñadores gráficos, ilustradores, artistas plásticos, poetas y todo aquel profesional y/o estudiante, de cualquier nacionalidad, que desee participar con su propuesta en esta convocatoria abierta. 1
Esta llamada al público refleja una de las caras del esténcil: lo político vinculado a lo social. Este tipo de foro no se limita a cuestiones nacionales sino internacionales. Los diseños provocan conversaciones entre los porteños y todo el mundo. Un ejemplo de eso es el esténcil con la cara reconocible de George Bush con las orejas distinguidas del ratón Mickey (figura 1). Las palabras DisneyWar titulan el diseño. Acá, hay una yuxtaposición de la imagen y la palabra, ambas trabajando para reforzar un mensaje cargado con sentido artístico, político e icónico. La imagen
Disney War, figura 1
inocente del ratón Mickey está codificada en nuestras mentes pero el significado de la imagen cambia una vez que la vemos vinculada con la cara de Bush. Los bordes entre la iconografía de las orejas y las palabras (cuyo estilo de fuente es reconocido por todo el mundo como el famoso DisneyWorld) se mezclan con el rostro duro de Bush y la palabra war. Está puesta en cuestión la decisión de Bush de invadir Irak y las repercusiones de sus acciones en otros países. Con este diseño, la cara de Bush llega a ser vinculada al acto de guerra, como la imagen de Mickey Mouse, desde muchos años, ha sido sinónima con niñez e inocencia. Este contraste de imágenes sirve para reforzar la declaración política de los artistas.
Otra fachada del movimiento esténcil tiene que ver con la cultura universal, es decir, los aspectos de vida que son bien conocidos en muchos lados del mundo. Eso incluye lo que ha llegado a ser los símbolos de la historia y el presente. Este terreno de cultura contiene las figuras de música, arte, historia, literatura, deportes,

Jack Kerouc , figura 2
política y cine, todas de épocas contemporáneas y pasadas. En la misma calle en que hay una imagen cargada políticamente de un mono en un traje con la inscripción presidente abajo, se puede encontrar un diseño de las caras reconocibles de David Bowie, Jimi Hendrix, poeta Jack Kerouac o futbolista Diego Maradona
Jack Kerouc




Diego Maradona, figura 3
Estas referencias a figuras influyentes representan un tipo de homenaje a ellos que tienen un gran papel en una cultura.
Además, las calles son cubiertas en arte sobre arte. A lo largo de la historia del arte, ha existido la referencia al arte pasado como el sujeto de las obras de artistas corrientes. Esta discusión dentro del mundo de arte es tan relevante como la discusión entre terrenos culturales distintos. Un ejemplo de esta reconstrucción del arte influyente del pasado es el esténcil de una obra, Marilyn, bien conocido del movimiento moderno del arte Pop (figura 4). El líder de este corriente fue Andy Warhol, cuyas propias obras fueron comentarios en el mundo poderoso de consumo, símbolos e iconografía. Serigrafía (la técnica




Marilyn , figura 4
predominante de sus obras) permite la producción de una cantidad ilimitada de las mismas obras. Usando esta técnica de grabado, Warhol puso en énfasis la idea de producción en masa de materiales y de la obsesión de las multitudes con el mundo glamoroso de Hollywood y rock y roll. Muchos artistas porteños retoman el juego entre arte, reproducción e iconografía, sacando las imágenes de Warhol de su propio lugar en un museo y poniéndolas en un ambiente público, la calle. Al usar la imagen de la actriz y símbolo sexo, Marilyn Monroe, los artistas callejeros están adoptando el concepto de Warhol y solidificándolo a través del uso de una técnica que da la oportunidad de hacer reproducciones. En eso, están convirtiendo el arte de Warhol en una imagen icónica, popular, y masa producida.


Otra forma de jugar con los elementos integrales de la cultura es la representación de la juventud y todo que la compone. Si una persona quiere explorar los fundamentos culturales de la juventud en este momento, puede referir al graffiti esténcil para las respuestas. Como dice autor Claudia Kozak, “es tan cierto que no sólo los jóvenes los hacen [los graffitis] como que mayoritariamente los graffitis son producidos por gente joven…de clase media baja y sectores populares.”2 Estos jóvenes son más expuestos a la cultura popular, que en torno, está formada por influencias nacionales e internacionales. Las figuras de música que tienen una gran influencia acá, como los Rolling Stones, David Bowie, Bob Marley, y Sid Vicious de los Sex Pistols, reciben reconocimiento en las paredes. Con eso, sus nombres nunca van a desaparecer del espacio popular. Estos músicos de géneros distintos conviven en un espacio común, formado por el terreno público de graffiti. 

Similarmente, los aficionados jóvenes del futbolista famoso, Diego Maradona (figura 4), crean un espacio de homenaje usando la técnica del esténcil. Este acto reesfuerza su estatus icónico. En la misma manera y motivo, se puede Sid Vicious de los Sex Pistols encontrar diseños con películas, personajes o actores como los temas. Estos ejemplos de esténciles incluyen los personajes de Star Wars, E.T., el monstruo Freddy Krueger, el protagonista de Clockwork Orange, y más. En este caso, los diseños asumen una autoridad que tienen los carteles originales de las películas: veneran la cualidad de las obras y la especie icónica de los actores en ellas. En todo, los diseños que reflejan el poder de cultura (ambos adentro de Argentina y afuera) son menos de un mensaje político o una reflexión de talento estético y más de un testimonio a las figuras que tienen influencia cultural en las vidas de la juventud.

guerra de estilos




Boicot
Esta época de esplendor no durará eternamente. En los primeros años de los ochenta, la MTA (Metropolitan Transit Authority) de Nueva York, comienza su encarnizada lucha contra el graffiti. Se denomina a los escritores como buffs (entusiastas) y se comienzan a tomar medidas tales como instalar nuevas vallas más sofisticadas en las cocheras de los vagones de metro, recubrir los vagones con pintura resistente, aumento de la vigilancia... Esto empieza a hacer flojear el graffiti de algún modo. Algunos escritores buscarán artimañas para seguir adelante en esta particular lucha. Otros buscarán otras alternativas, una de ellas es la de cruzar el Atlántico rumbo a Europa, dando a conocer esta subcultura en el viejo continente (este hecho es uno de los componentes de la posterior difusión de esta cultura en nuestro continente, aparte de otras, especialmente las favorecidas por los medios de comunicación). Aparte de la particular guerra con la MTA, aparece un nuevo personaje en el bando de los malos ejerciendo el papel de villano y contribuirá también al declibe de writting. Hablamos del crack que se adueña de la Gran Manzana y por si fuera poco esta droga letal no viene sola, sino que trae consigo todo lo que rodea a un mercado negro: Violencia y dinero.
Es una época en la que un arma de fuego es algo al alcance de cualquiera, y esto, de algún modo, cambia la mentalidad y el espíritu de muchos. Pero esto no es todo, se empiezan a promulgar leyes restringiendo la venta de pintura a los jóvenes, se obliga a los vendedores a guardar la pintura bajo llave y se endurecen las penas contra los escritores de graffiti.La gota que colma el vaso es sin duda el hecho más perjudicial. No basta con tener a las autoridades en contra sino que la propia sociedad e incluso los medios de comunicación (a través en muchos casos de campañas políticas) empiezan a volverse contra ellos. Surgen brigadas e incluso asociaciones de vecinos antigraffiti que promueven campañas, carteles... Surgen anuncios en televisión y en la prensa intentando concienciar del mal que las pintadas producen en la sociedad. Todo esto hace a los escritores mucho más territoriales y agresivos. Este aparente declive no es otra cosa que una etapa de respiro de la inminente llegada de que se nos viene encima: un segundo boom.


HIP-HOP

A mitad de esta década de los ochenta nos encontramos ante un periodo que podríamos denominar como una fase de supervivencia. Cuando todo parece ya perdido con la MTA como dueña y señora de la situación y la Transit Police en plenitud de fuerzas, cuando los tags, throw ups y demás elementos empiezan a escasear de manera alarmante o bien están tan escondidos que nadie los ve, aparece el nuevo héroe de la película que rescatará al graffiti de esta oscura fosa. La explosión a mediados de los ochenta del movimiento Hip-Hop reaviva la llama de la neoyorkina cultura del writing. Esto anima de nuevo a los adolescentes. Todos quieren ser b-boys (seguidores del hip hop). Los writers acompañados ahora por losbreakers (bailarines de breakdance) y los Mc’s (cantantes de rap), están otra vez en el disparadero. Desde la Costa Oeste (California) llegan las noticias de la relativa facilidad para pintar trenes de mercancías, lo que animará a muchos escritores a coger sus latas (aunque muchos puristas neoyorkinos verán mal el graffiti en los mercancías).


También fomenta la resurrección del writing de forma inconsciente el acto de que la MTA empiece a retirar vagones averiados (trash trains) a cocheras para chatarra en Brooklyn, lo que hace que los apasionados del metro vuelvan a la carga impulsados por la esperanza de revivir los viejos y mejores tiempos, o por el simple hecho de tener una foto con su pieza en un vagón de metro neoyorkino. Sea como sea el writing resurge de entre sus cenizas, aunque los viejos tiempos nunca volverán.


EUROPA
El movimiento europeo iniciado a mediados de los ochenta nos trae en principio al graffiti dentro del paquete Hip-Hop, es decir, llega junto a otros dos elementos de este movimiento, en principio el break-dance y más tarde el rap, aunque con el tiempo éste tendrá su evolución propia dentro de esta cultura. Empiezan las giras de escritores americanos por Europa así como las de europeos por la meca del graffiti, donde este arte se va adueñando e instalándose en las calles, apropiandose de las paredes y las canchas de deporte de la ciudad, siguiendo esta costumbre en la actualidad: Piezas conmemorativas, homenajes a las víctimas del SIDA y de la violencia. A esto le sigue la proliferación de los fanzines de graffiti, que pasan de ser de fotocopias en blanco y negro a revistas a todo color e incluso a editarse como publicaciones desde el punto de vista legal y, como no, el último gran salto: El graffiti en Internet, donde infinidad de páginas recogen todo tipo de fotos y textos, reportajes, entrevistas a personajes, webs dedicadas a un sólo grupo o incluso a un sólo escritor, páginas de la vieja escuela, páginas de graffiti en trenes, chats, foros y un largo etcétera.


Todo esto y mucho más (eventos, concursos, programas, los cada vez más frecuentes anuncios en televisión, festivales, portadas de discos...) expanden y consolidan este arte de la calle pese al esfuerzo inútil de las autoridades (siendo incluso a veces ellas promotoras y financiadoras de muchos de los eventos y/o actividades) llegando incluso hasta las galerías de arte o generar dinero a sus autores. Los cada vez más espacios cedidos para practicar este acto de manera legal fomentan por un lado el desarrollo e integración del fenómeno en la sociedad y la decepción e inconformismo de los más puristas por otro. Sólo decir que el arte del writing ha pasado, queramos o no, a formar parte de nuestras calles, nuestros barrios, nuestras ciudades... En definitiva, de nuestras vidas, en un mundo en el que el poder de la imagen está a la orden del día.
    

Graffiti inicios


 Graffiti ( tag)
A finales de los sesenta los adolescentes en la ciudad de Nueva York empezaron a escribir sus nombres en las paredes de sus barrios, aunque en realidad utilizaban pseudónimos, creandose así una identidad propia en la calle. Estos chicos escribían para sus amigos o incluso para sus enemigos. Quizás el ejemplo más significativo y a la vez el más conocido por todos sea el de Taki 183, un chico de origen griego que a la edad de 17 años comenzó a poner su apodo. Su verdadero nombre era Demetrius (de ahí el diminutivo “Taki”) y 183 era la calle donde vivía (poner el nombre de la calle fue un elemento usado por muchos más escritores). Taki trabajaba como mensajero y viajaba constantemente en el metro de un lado a otro de la ciudad. En el trayecto estampaba su tag (firma) en todos los lados, dentro y fuera del vagón. El no lo consideraba como algo malo, de hecho respondía así a las preguntas que le formularon en una entrevista en el New York Times: “Simplemente es algo que tengo que hacer. Trabajo, pago mis impuestos y no hago daño a nadie”. Estos actos le convirtieron en un héroe y poco después cientos de jóvenes empezaron a imitarle.




Algunos de los escritores también destacados de aquella época fueron: Frank 207, Chew 127, Julio 204, Bárbara 62... En principio no buscaban estilo, sólo querían aparecer por todos los lados. Es a partir de aquí cuando surgió el boom y cientos de adolescentes comenzaron a poner su nombre por toda la ciudad, haciéndose necesaria la creación de un estilo, tanto en la caligrafía, como en los métodos de ejecución o incluso los lugares utilizados para dicho fin. Por ejemplo, Soul 1, un escritor de la zona de Manhattan, se dedicó a escribir su nombre a media altura en los laterales de los edificios. Tracy 168 citaba: “Eran inalcanzables para el resto de los humanos. Parecía que podía volar”. También podríamos destacar la anécdota de Bama, cuyo deseo por superar a los demás en cuanto a emplazamiento de sus pintadas le llevó a intentar escribir su nombre en lo alto de una montaña situada en el norte del estado de Nueva York. Cual sería su sorpresa cuando al apartar los ramajes y limpiar la superficie vió que se le habían adelantado: “¡Mierda!”. Se lamentaba el muchacho. Un caso muy sonado fue el de Seen al pintar su nombre en letras gigantescas en el mismísimo letrero de la colina de Hollywood.  
En cuanto a la caligrafía, en principio se utilizaba una bastante legible, hasta la llegada a Nueva York de un graffitero de Filadelfia llamado Top Cat, quien afirmaba que todo lo que sabía sobre graffiti lo había aprendido en el legendario pan de maíz de Filadelfia. Escribía su nombre en letras finas y alargadas muy juntas. Eran difíciles de entender, pero precisamente esto las hacía destacar de las demás y llamaban la atención del resto, por lo que un gran número de escritores de Manhattan adoptaron su estilo y lo bautizaron como “Broadway Elegant”. Como contra, algunos escritores de Brooklyn inventaron su propio estilo, que consistía en letras más separadas adornadas con corazones, flechas, espirales... Y, por supuesto, el Bronx también tuvo su periodo de popularidad de estilo cuyo resultado era la mezcla de los dos anteriores. Aunque hay que decir que al final cada escritor optó por la creación de su propio estilo. Llegó un momento en el que el amasijo de firmas era tal, que surgió la necesidad de concentrarse en el tamaño y color de las letras, surgiendo así los primeros tags con “outline” (filete o línea de borde) iniciados por Super Kool y que más tarde Phase 2 perfeccionó dando como resultado unas letras más gordas perfiladas y coloreadas: bubble letters o letras pompa. De aquí posteriormente nacieron los ya famosos throw up o vomitados, que como su nombre indica, son piezas espontáneas y de realización rápida. Otro tipo de letras son las block letters, perfectamente legibles similares a los rótulos. 
Pero el afán competitivo va más allá, y la obsesión por conseguir popularidad y respeto llega a una complejidad artística tal que las letras empiezan incluso a ser difíciles de entender, culminando así en el estilo más genuino del Bronx: Wild style o estilo salvaje.


Ya a finales de los setenta, el graffiti alcanza sus cotas más altas con la incorporación de imágenes de la iconografía popular tales como personajes de cómic o dibujos animados, e incluso retratos y autorretratos en forma de caricatura (estas influencias se verán más adelante en un apartado especial). Con la incorporación de estas imágenes aparecen en escena las complejas master pieces (piezas maestras), que además de hacer distinguir a los grandes maestros de los principiantes, amplían de manera considerable el tamaño de las obras.


La comunidad del writing arde de expresividad, y esto lleva a un estado de competitividad feroz que se traduce en el auge de las conocidas Guerras de estilo (Style Wars) para nada violentas. Esta competición desemboca en las alianzas entre escritores. Es un momento muy importante, puesto que nos encontramos ante el nacimiento de las crews (pandillas, grupos). Su objetivo es la de hacerse más fuertes y así conseguir el respeto de los demás. Hay que tener en cuenta de que el hecho de que haya más miembros de un mismo grupo poniendo el mismo nombre facilita el acto de “dejarse ver” (gettin’ up).